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viernes, 26 de abril de 2013

Bombardeo de Guernica. 26 de abril de 1937: Símbolo de la barbarie en España.


La ciudad vasca, cuya destrucción inspiró el maravilloso cuadro de Pablo Picasso, hoy conmemora el 76 aniversario del feroz ataque de las tropas alemanas, aliadas del General Franco.

Eran las cuatro y media de la tarde. Aquel lunes 26 de abril de 1937, Guernica vivía el ajetreo de un día normal de mercado, mezclado con el trabajo cotidiano y, sobre todas las cosas, con la angustia de la guerra, cuyos estruendos llegaban cada vez que el viento soplaba del Este. Se luchaba en Marquina, a unos 15 kilómetros, y pocos tenían la esperanza de que los gudaris lograran frenar el ataque de las tropas de Mola.  Sin embargo, pensaban que Guernica sería respetada por las bombas.
Justo a esa hora, las campanas de la iglesia anuncian la inminencia de un ataque aéreo, entonces en el cielo apareció un avión, al que seguirían muchos otros, que al llegar al norte de la villa, a las afueras, comenzaron a soltar bombas. Se iniciaba así la destrucción de la localidad, a manos de la Legión Cóndor. La aviación soltaba las bombas sobre el mismo centro de la ciudad. La población vilmente bombardeada sucumbió a los efectos de la barbarie tras dos horas intensas de bombardeo. Los resultados fueron devastadores: más de 1600 civiles murieron y otros 800 quedaron salvajemente heridos.
Las bombas alemanas no alcanzaron el puente de la ciudad, la Casa de Juntas, el histórico roble, ni las fábricas de armas allí establecidas y, ni siquiera, la estación de ferrocarril, que era un claro objetivo militar. Por el contrario, el 70% de la villa fue destruido o dañado. Las fotografías de la catástrofe dieron la vuelta al mundo, pero ¿cuáles fueron las verdaderas causas de la destrucción de Guernica?
Herman Göring en el juicio de Nüremberg, destacó: “aprendimos mucho en Guernica sobre cómo destruir una ciudad por completo”. Guernica tenía que ser destruida no por su valor militar, como lo demostró el hecho de que el puente hacia Rentería y las tres fábricas de armas para los gudaris no fueron tocadas por las bombas. El valor de Guernica, como “Vaticano de los vascos” era espiritual. Bajo el tradicional Arbol de Guernica, los reyes españoles juraban los fueros como Señores de Vizcaya.



El bombardeo de Guernica provocó una inmensa indignación, pero las tropas sublevadas achacaron aquel ataque a los propios vascos. Así se convierte Guernica en símbolo de la barbarie de la guerra civil española.